Hoy me he levantado agradeciendo todo lo que tengo y pensando en dos episodios tristes que pasaron ayer. Ayer siguieron los bombardeos en Gaza y entre ellos los que más sufrieron fueron unos niños que estaban jugando en la playa. Estos niños eran inocentes, simplemente estaban ejerciendo su derecho a ser niños y jugaban como cualquier niño del mundo en la playa. Pero la guerra no entiende de derechos y se lleva por delante lo que encuentra desgraciadamente. Ayer tarde mismo llegaba la noticia de un avión que había sido alcanzado por un misil en Ucrania, otros inocentes que se encontró la guerra por en medio. Ahora se busca al responsable pero quizás ya es tarde.
Muchas cosas van cambiando como las tecnologías, nuestras vidas, el mundo pero hay algo que no ha cambiado desde hace muchos años que son las guerras que siguen desde hace años en muchas partes del mundo llevándose el derecho a vivir y disfrutar de la vida de muchos.
Os dejo un post que leí el otro día que expresa muy bien como cambia todo o nada... Los millenials y su puta madre y una canción que he cantado muchas veces en mis años de monitora de esplai y aunque explica guerras muy antiguas sigue siendo actual Papá cuéntame otra vez
Ayer empecé un nuevo proyecto (un tres en raya), con el que jugaran niños que si que tienen el derecho de ser niño ya que han nacido en una parte del mundo relativamente en paz. A estos niños y también a los adultos hay que enseñarles a crecer y a construir un mundo mejor, no a destruirlo como algunos de los que mandan en él están haciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario